5 Ejemplos de venta puerta a puerta para triunfar

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Sin lugar a dudas, la venta puerta a puerta es la modalidad más dura a la que podemos enfrentarnos. Hay quien incluso asegura que está desfasada, pero nada más lejos de la realidad. Es más, la venta puerta a puerta es la mejor forma de curtirnos como vendedores. Con diferentes ejemplos de venta puerta a puerta adquirimos una experiencia y una habilidad que difícilmente conseguiremos si nos quedamos en la tienda esperando a los clientes en vez de llamar nosotros a su puerta. Un aprendizaje de lo más interesante para los comerciales autónomos o vendedores.

Cómo vender a puerta fría

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Cómo debe ser un argumentario de ventas a puerta fría

Los vendedores en tiempos difíciles deben estar preparados para todo en su profesión. Tu argumentario de ventas debe permitirte comunicar al cliente las características y ventajas del producto o servicio que ofreces. Pero no basta con memorizar un listado y repetirlo mecánicamente, sino que deberás hacerlo de forma convincente y atractiva para generar el deseo o necesidad de comparar.

Conocer el producto, la empresa -y la opinión general de los clientes sobre ella-, al público y nuestro objetivo es clave para elaborar un buen argumentario de ventas. Pero para que sea efectivo, hay que ser honestos y hablar con el corazón para ganarnos la confianza del comprador.

Ejemplos de venta a puerta fría

Además de conocer las mejores estrategias de venta es interesante prepararse para diferentes situaciones.A continuación te presentamos 5 ejemplos de venta a puerta fría para ayudarte a mejorar la venta a los clientes como autónomo. Si quieres saber cómo vender un producto a un cliente cara a cara, estas pautas te serán de gran ayuda a la hora de cumplir tu objetivo:

  • Prepárate para el rechazo: cuando llamamos a una puerta, el “No” es la respuesta más habitual. Sin embargo, este puede ser el primer paso para cerrar la venta. No es fácil superar las objeciones del cliente, pero entenderlas nos permitirá saber por qué nos rechazan y ofrecer una respuesta que se ajuste a lo que busca el cliente. Puedes probar diferentes técnicas y quedarte con la más eficaz
  • Mantener la calma: precisamente mantener la calma es esencial para lidiar con las objeciones. Uno de los errores más comunes en la venta puerta a puerta es ponerse nervioso. Deja que el cliente se acabe de expresar, no lo interrumpas ni pierdas la sonrisa ni los nervios. Una vez haya acabado su exposición, le podrás rebatir sus objeciones con tus argumentos para intentar convencerlo.
  • Vender ventajas, no productos o servicios: cualquier persona puede acceder a cualquier producto o servicio. Pero… ¿y a las ventajas? Aunque debas conocerlas, a nadie le interesan las propiedades de lo que ofreces sino qué ventajas obtendrán con ello. Por ello, hay que hacer coincidir esas ventajas con las necesidades que tienen los potenciales clientes en su día a día y repasar las frases para vender un producto o servicio.
  • Descubre las necesidades de los clientes: si quieres vender ventajas, deberás saber qué necesidades tienen los clientes a los que visitas. Cada cliente es un mundo y tiene sus necesidades, de modo que puedes empezar por averiguarlas. Preguntar tú al cliente por estas necesidades ante de intentar venderle el producto es una estrategia que ayuda a despertar interés en el comprador.
  • No atosigar a los clientes: no siempre podemos cerrar una venta a la primera. Es posible que quieran investigar por su cuenta, debatirlo en casa o esperar una situación económica más favorable. Puedes mantener el contacto, darles tu tarjeta o programar una nueva visita. También debes tener en cuenta que desgraciadamente hay pensamientos que no podrás cambiar, y en ese caso no hay nada que hacer.

No olvides la importancia de una buena presencia y un buen discurso. Los primeros 10 segundos son clave, así que aprovechalos para presentarte y explicar qué vendes. Mantener el contacto visual y no abrumar al cliente es clave. Descubre lo que necesita, exponle las ventajas de tu producto o servicio y permítele preguntar. Ahora que ya sabes cómo vender un producto a un cliente cara a cara solo tienes que ponerlo en práctica.